(...) "Creo en la curación con métodos espirituales, y, por tanto, sin el uso de técnicas materiales, haya en el futuro posibilidades insospechadas. Creo que, poco a poco, su ámbito de competencia irá más allá de lo que hoy, con razón o sin ella, definimos como "funcional", para abrazar también todo el organismo. Veo brillar frente a mí la aurora de una nueva era en la que ciertas operaciones quirúrgicas, como por ejemplo las de los tumores, serán consideradas un trabajo de remiendo, y se darán cuenta, llenos de horror, cómo es que una vez haya sido posible un conocimiento tan limitado de los métodos de curación. Entonces habrá apenas espacio para los tratamientos tradicionales.
Estoy lejos de desacreditar de alguna manera la medicina moderna y la cirugía. Tengo al contrario una gran admiración por ambas. Sin embargo, pude echar un vistazo a las enormes energías que se encuentran dentro de la persona, procedentes de una fuente externa, y que bajo ciertas condiciones fluyen en ella; energías que sólo pueden definirse como divinas. Fuerzas que no sólo puede curar trastornos funcionales, sino también trastornos orgánicos, los cuales no son más que expresiones concomitantes de trastornos psico-espirituales".
Carl Gustav Jung
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