"Podemos encarar la vida y sus contingencias en actitud pesimista o negativa o bien en actitud optimista o positiva. El hombre de buena voluntad, es siempre optimista y positivo y con esa actitud encara la vida. Sus palabras y acciones son para elevar y exaltar; jamás rebajan o denigran. El hombre comprensivo y de buena voluntad obra así porque su experiencia le ha enseñado que para vivir y prosperar necesita la buena voluntad de los demás y reconoce que no puede disfrutar de la vida mientras otros sufren. Colectivamente hemos de aprender la misma lección y sólo cuando nacional o internacionalmente la hayamos comprendido alcanzaremos la verdadera paz, sin sobresaltos ni temores". (Francisco Brualla)
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