viernes, enero 16, 2015

Artículo basado en la filosofía de OSHO




Follad y sed libres

27 diciembre, 2013

mañanero3

“Todo en la vida es sexo menos el sexo, que es poder”.

Esta frase me impactó profundamente cuando la escuché de los labios de Kevin Spacey en la excelente serie “House of cards”, un drama político despiadado donde sólo los más duros e inteligentes sobreviven. Recuerdo que paré el episodio para twittear la frase de marras y aproveché la pausa para reflexionar, ya que la encontré sumamente interesante y sentí que tenía muchísimo sentido para mí. Y es que las relaciones de poder establecidas entre un hombre y una mujer cuando inician una relación de cualquier tipo me produce fascinación.

Un buen amigo tiene su propia cita respecto a esto: “Al iniciar una relación la mujer tiene el poder hasta el momento del sexo, pero después de acostarse con un hombre, ella le cede a éste ese poder, y él pasa a controlar la situación”. Creo que mi amigo tiene algo de razón, pero también creo que existen numerosas excepciones que me obligan a entrar de lleno en este apasionante tema. Si eres mujer y al leer esa frase has pensado: “menuda chorrada”, no te preocupes, es precisamente esa disconformidad la que me empuja a seguir profundizando.

Existe una posición bastante extendida de la mujer respecto al sexo que está causando estragos en su independencia, libertad y poder como ser social: ella es la que decide cuándo se folla. No debería suponer un problema pero de alguna forma esta posición de poder se desmorona en la práctica, convirtiéndose la práctica sexual, para algunas, en un terreno hostil y complejo lleno de matices y emociones a flor de piel, donde el dolor es desgarrador y los hombres dan palos de ciego intentando entender algo que su insultante simpleza les impide discernir.

Creo que algunas mujeres, a parte de entender el sexo de una manera convencional y normalizada socialmente, utilizan el mismo de manera torpe y poco productiva para sus intereses debido a un grave error de base: centrar su esfuerzo en el control del sexo en vez de dar rienda suelta a su deseo personal. Es decir: La creencia en que no acostarse con un hombre aunque lo desees te permitirá obtener un mayor dominio del mismo y/o de la situación a largo plazo.

Toda esta conducta perjudica a ambos géneros, pues la mujer sufre reflexiones excesivas, culpabilidades y represión de deseos y los hombres obtienen menos polvos de los que querrían y se convierten en idiotas asustadizos cuando se cruzan con otras mujeres. Nadie gana en el juego de poderes del sexo. Una mujer que voluntariamente no folla aunque lo desee no es poderosa, es una estúpida que se va a pasar la mayor parte de su vida maquinando escenarios mejores que la realidad, pero nunca alcanzándolos, pues su valor radicará en su táctica, en su juego, no en ella misma.

No hay poder ni libertad cuando nos vemos obligados a censurar nuestros propios deseos para conseguir algo. Como a la hora de flirtear, donde parece ser que la mujer “debe” aguardar a que el hombre inicie el contacto, una posición cómoda, pero no poderosa, pues la mujer sólo puede decidir entre los que la solicitan. En este aspecto el hombre posee la libertad de hacer lo que desea, de hablar con quien desee, de ser rechazado por las mejores mujeres del planeta. El hombre posee el poder, el poder de seguir sus propias necesidades, de estar conectado con la vida, de no importarle su destino pues habrá hecho lo que estaba en su mano para conseguir su objetivo. Las mujeres que actúan como un hombre (como la sociedad nos dice que los hombres actúan) suelen estar significativamente más satisfechas y conectadas con la vida.

Pero ojo, estoy hablando de deseo y libertad. Si usamos el sexo como instrumento para conseguir otra cosa, como cariño, amor o popularidad, no tendremos poder alguno, pues estaremos a merced de aquellos que están en situación de darnos, si lo desean, aquello que anhelamos. La clave es ver el sexo como un bien en sí mismo: algo que mola hacer. Y si lo que deseamos es amor, amemos, que tampoco está mal.

La verdadera libertad, y por ende, el poder, se consigue cuando uno es capaz de hacer lo que desea cuando lo desea, ignorando técnicas mágicas, consejos sabios, cábalas rebuscadas y demás complejidades del estilo que implican el sacrificio de deseos de uno mismo para obtener un teórico bien mayor a largo plazo.

Así pues dejad de quejaros, dejad de buscar mil y una explicaciones a ese amor que se escapó, dejad de interpretar señales, de cambiar la realidad. Dejad de negaros lo que sois, dejad de insinuar, de dar pistas, de soltar indirectas, la pelota puede estar en vuestro tejado alguna vez, nadie se va a escandalizar. Las cosas son mucho más sencillas de lo que nos empeñamos en creer, cuando le gustamos a alguien suele querer acostarse con nosotros, y si nos acostamos con él solemos gustarle más. Dejad de jugar al despiste y de marcar el camino con migas de pan, tomad el cetro de una puñetera vez y reinad, coged esa responsabilidad y enseñad a los hombres quién manda aquí desde el respeto, y no desde el miedo. Pues una persona que hace lo que quiere cuando quiere no necesita fronteras para retener a nadie, pues nadie desea mantenerse alejado de tan rotunda y deslumbrante belleza.

Follad y sed libres, el mundo será vuestro.


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Lic. Marisol Ramírez

Psicóloga Reg.Prof 1711

Master y Trainer en P.N.L


Twitter: @MarisolRamirez2

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Cel: 0991 402.166 (Con whatsapp) y 0985 319 624 

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